jueves, 21 de noviembre de 2013

El conductismo clásico

El conductismo clásico (también conocido como conductismo watsoniano o conductismo metodológico, menos comúnmente Psicología E-R o Psicología de la Contracción Muscular[1]) fue la primera enunciación formal del conductism. Presenta la Psicología como una rama puramente objetiva y experimental de las ciencias naturales. La finalidad de la Psicología sería, entonces, prever y controlar el comportamiento de todo y cualquier individuo.
La propuesta de John B. Watson era abandonar, al menos provisionalmente, el estudio de los llamados "procesos mentales", como el pensamiento o los sentimientos, cambiando el foco de la Psicología, hasta entonces mentalista, hacia el comportamiento observable[1]. Para Watson, la investigación sobre procesos mentales era poco productiva, de modo que sería conveniente concentrarse en lo que es observable, el comportamiento. Comportamento sería cualquier cambio observado, en un organismo, que fuera consecuencia de algún estímulo ambiental anterior, especialmente alteraciones en los sistemas glandular y motor.
Esta primera forma de conductismo partía del principio de que el comportamiento era modelado por el paradigma pavloviano de estímulo y respuesta conocido como condicionamiento clásico. En otras palabras, para el conductista clásico, un comportamiento es siempre una respuesta a un estímulo específico. Esta propuesta vendría a ser superada por comportamentalistas posteriores.

Condicionamiento Operante o Instrumental (Skinner)


Condicionamiento Operante o Instrumental (Skinner)
No todas nuestras conductas se basan en respuestas reflejas como es el caso del condicionamiento clásico, de hecho, la mayor parte de nuestras conductas parecen ser producto de nuestra voluntad (Ej. levantarnos para ir al trabajo, tomar o no un taxi que nos lleve, copiar o no lo que se dice en clase,…).

El condicionamiento instrumental se refiere al comportamiento voluntario. Una conducta instrumental es aquella que nos sirve para lograr determinadas consecuencias. 

El condicionamiento operante o instrumental es el aprendizaje en el que una respuesta voluntaria se refuerza o debilita según sus consecuencias sean positivas o negativas.

A diferencia del condicionamiento clásico, donde los comportamientos son las respuestas biológicas naturales a la presencia de estímulos como el alimento, el agua, el dolor, etc., en el condicionamiento operante, un organismo opera en su ambiente y efectúa respuestas voluntarias para producir un resultado deseable: los organismos tienden a repetir las respuestas que se acompañen de consecuencias favorables.
Este condicionamiento fue descubierto por el norteamericano E. L. Thorndike, más o menos en la misma época en que Pavlov hacía sus experimentos con perros.
Thorndike encerraba gatos o ratas en jaulas dotadas de un mecanismo sencillo para abrirlas desde adentro. El animal intentaba salir (sobre todo si estaba hambriento y fuera veía comida) y comenzaba a agitarse en el interior de la jaula. En uno de los movimientos daba casualmente al mecanismo y conseguía salir (recibiendo así la recompensa, que es posterior a su acción). Si se repetía la misma situación, se observaba que el animal terminaba por aprender el mecanismo de salida: el número de "ensayos y errores" se iba reduciendo hasta que el aprendizaje se perfeccionaba.
Los estudios más famosos sobre el condicionamiento operante se deben al también norteamericano B. F. Skinner que utiliza igualmente animales, ratas y palomas, sobre todo. Skinner ideó un mecanismo: "la caja de Skinner" dispuesto de tal manera que cada vez que se presiona cierta tecla se tiene acceso a la trampilla donde se encuentra la comida, que en este caso es el refuerzo que consigue la consolidación de una conducta en el animal.
Este aprendizaje se denomina "operante" porque el sujeto aprende a realizar ciertos comportamientos. Para ello son fundamentales los refuerzos y castigos: un premio o refuerzoes cualquier estímulo que aumenta la probabilidad de que cierta conducta sea repetida por el sujeto; un castigo es cualquier estímulo que disminuye la probabilidad de que cierta conducta sea repetida.
El condicionamiento operante de la conducta de los animales permite al hombre utilizar sus habilidades: así, se utiliza el olfato de los perros para combatir el contrabando de ciertas mercancías, en tareas de salvamento, etc.
El propio Skinner consiguió notables éxitos en adiestramiento de animales; sin embargo, su principal aportación se encuentra en el terreno de la educación (donde es muy importante la motivación y del refuerzo de la conducta) y del comportamiento social (técnicas de la modificación de la conducta).

CONDICIONAMIENTO CLÁSICO (Pavlov)

CONDICIONAMIENTO CLÁSICO

     El condicionamiento clásico o conducta respondiente fue descubierto por Pavlov y desarrollado por los conductistas, especialmente Watson. En sus investigaciones sobre el aparato digestivo, Pavlov observó que los perros utilizados en los experimentos no sólo salivaban con la presencia del alimento en la boca: bastaba que alguno de sus ayudantes que les administraban la comida entrase en el laboratorio para que se produjese la misma respuesta. Tras una primera explicación de corte mentalista que apelaba a cierta "excitación psíquica" que supuestamente se daba en el perro, Pavlov prefirió una explicación más objetiva y, prescindiendo de toda referencia a la mente, simplemente apeló a la asociación entre la presencia del alimento en la boca y la presencia del ayudante.

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jueves, 14 de noviembre de 2013

Introducción al conductismo

Esta rama de la psicología defiende la realización de procedimientos experimentales para estudiar o analizar el comportamiento observable, es decir, la conducta; en donde el entorno de los individuos se toma como un conjunto de estímulos-respuestas. La mirada conductista se construye a partir contribuciones a la psicología como el asociacionismo de los filósofos ingleses (Locke, Hume) y Pavlov con el experimento de los perros. Son hechos importantes en el cambio de la sociedad y el entorno que preceden el siglo XX que permitirán que el conductismo tome un lugar importante dentro de la psicología. Este será un espacio donde estaremos hablando de dichos acontecimientos que permitieron que la psicología lograra estudiar la conducta, sin recurrir a la mente o la introspección, apoyándose en herramientas científicas que permiten soportar los resultados de estos estudios.



Psicología Conductual


La Psicología como ciencia, desde sus inicios, se ha nutrido de incontables aportes brindando diferentes propuestas para la prevención de las conductas antisociales y sus correspondientes abordajes terapéuticos cuando los trastornos ya se han instalado.

Algunas de estas teorías se inclinan hacia una modalidad educativa flexible y amorosa, con el propósito de no sofocar las capacidades creativas de los educandos y favorecer la autoestima; otras ponen mayor énfasis en la formación y en la adquisición de una disciplina y el cumplimiento de las reglas confiando en la premisa de que a partir de una estructura firme se puede construir una identidad sólida; y las menos, que propician prácticamente la libertad absoluta, sin límites.
Cada una de estas teorías consta de principios eficaces que por si solos no alcanzan para responder a las necesidades de un niño, por lo que se hace necesario contar con el aporte imprescindible de las demás propuestas.
La formación educativa tiene que ser lo suficientemente amorosa y flexible para formar personas seguras y no coartar la creatividad individual, debe fomentar el aprendizaje de una disciplina y demostrar la importancia del cumplimiento de las reglas de juego en todos los ámbitos de la sociedad; y enseñar al mismo tiempo a ejercer la libertad de pensamiento teniendo conciencia de los límites que es la mejor manera de impulsar a los jóvenes a tomar decisiones responsables y enfrentar el compromiso.
La educación comienza desde la cuna, porque un niño recién nacido está en condiciones de interpretar las señales que les dan sus padres, o sustituto, desde el primer día.
El niño aprende que el llanto es su forma de comunicación efectiva y a partir de ese momento utilizará este recurso para demandar la satisfacción de sus necesidades y también de sus caprichos.
Una madre o el padre tienen que aprender a responder a las necesidades del niño y no a sus caprichos y el niño aprenderá de ese modo a requerir con el llanto, sólo la satisfacción de una necesidad.
Los padres y el niño pueden emitirse señales significativas mutuamente, factibles de ser interpretadas de inmediato con la misma claridad del lenguaje hablado, desde el primer día.
El niño entenderá enseguida, sin demasiado esfuerzo, como son las reglas y tendrá que ajustarse a ellas.
Es indispensable que una madre, padre o sustituto, esté dispuesto y atento a las necesidades del niño y anteponga estas demandas a cualquier otra distracción o tarea que esté haciendo; porque de esa actitud dependerá la futura conducta del niño y la tranquilidad del adulto.



Se puede afirmar que un niño aprende más en sus primeros tres años de vida que en el resto de su existencia; y que este aprendizaje se convierte en una impronta indeleble que va a condicionar su futuro.
Tener un hijo no es obligatorio, dado la gran cantidad de métodos anticonceptivos que existen al alcance de la mayoría, y si esto no fuera suficiente y se produce un embarazo no deseado, siempre existe la posibilidad de darlo en adopción si es que sus padres no están en condiciones de atenderlo adecuadamente.
Todo niño necesita amor, atención, cuidado y educación, y si no se le da esa oportunidad, sufrirá una experiencia de abandono que resultará devastadora que le impedirá relacionarse normalmente e insertarse en su medio.
La crónica diaria nos informa de casos de niños con conductas atípicas que cada día más nos advierten de la necesidad de que los padres reciban educación para formar a sus hijos.
El caso reciente protagonizado por una niña de diez años ocurrido en Viedma, ciudad de Río Negro, provincia del Sur de la Argentina, cuyo novio de 16 años grabó en su celular una relación sexual que mantuvo con ella y que luego ésta mostró a sus compañeras de quinto grado, es un ejemplo de la falta de límites que tienen los menores.
Al enterarse la maestra, procedió a despojarla del teléfono y le informó el hecho a la directora, quien retuvo el aparato, propiedad del novio de la niña, con el propósito de entregárselo solamente a una persona mayor responsable.
El joven, al no poder recuperar su celular, amenazó con quemar los autos estacionados en la puerta del colegio si no se lo devolvían de inmediato.
Los menores no reconocen los límites y se equiparan a los adultos sin tener ninguna responsabilidad por sus actos, ya que sus delitos permanecen impunes.

http://pendientedemigracion.ucm.es/info/psyhisp/es/4/art19.pdf